GÉNERO DESORDENADO

Terminó de decorar sus uñas y se calzó las sandalias que se había comprado en la India el verano pasado. El último viaje con Lola, “bueno, el penúltimo” se dijo recordando a su madre.

Hoy sus pies gritaban emancipación. Por fin se atrevía a alzar la voz para reivindicar su género desordenado. Y lo hacía pisando desde su yo encarcelado durante tanto tiempo. “La libertad comienza en los pies; caminando con firmeza, libertad y determinación hacia delante” Le dijo su madre unos minutos antes de que le aplicaran la eutanasia asistida. Uno de los primeros casos aprobados por ley en España. Madre soltera, había cuidado de su retoño más que de su propia vida.

Desde que comenzó a ver el mundo, a tener capacidad de elegir, de sentir, empezó a reflexionar sobre su identidad. La sensación de vivir en un cuerpo equivocado, se fue haciendo cada vez más grande, más intensa, más dolorosa.

Ahora tenía que enfrentarse a la sociedad sin su protección, sin sus “Buenos días mi amor, hoy también te vas a comer el mundo”. Y había decidido hacerlo por los pies, siguiendo su consejo “Lola, allá voy; a comerme el mundo”

Salió con tanta determinación y orgullo de su casa que comenzó a elevarse apenas unos milímetros del suelo. Aladas como las de Mercurio, sus sandalias le desplazaban hacia su nueva vida. Podía elevar todo su cuerpo sin miedo, sin mentiras.

“Soy yo, atrás quedó Marquitos; el mocoso lleno de marcas sociales” se repetía mientras las alas le elevaban otro milímetro más hacia la liberación de su género.

“Ahora lo puedo gritar alto: soy transexual ¿Y tú? Yo puedo volar ¿Y tú? Yo amo lo que soy ¿Y tú? Yo me como el mundo cada día ¿Y tú?”

Sus pies seguían elevándose. Moldeando, haciendo suyo el futuro.

En la lejanía de la que fuera su habitación, en el rincón más oscuro del armario, habían quedado olvidadas en el destierro las deportivas. Esas que habían encarcelado sus pies durante tanto tiempo.

 

Last modified onSunday, 03 September 2023 22:37

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